
En estos días, ya casi prenavideños, en muchos hogares manriqueños además de aprovechar el "puente" de la Constitución y de la Inmaculada para poner el arbol o/y el nacimiento, las calles de Villamanrique de la Condesa se llenan de olores a dulce. En muchas casas, todavía se aferran a la tradición y a sus viejas costumbres, a sus señas de identidad, afanándose en la elaboración de los ricos pestiños navideños, con una receta heredada de generación en generación desde sus orígenes moriscos, fruto de los siglos de dominación musulmana. La miel, la matalahuva y los frutos cítricos del azahar, son los que aportan su especial sabor.
Ingredientes:
• 1 Kg. de harina de la corriente (que no sea de repostería)
• almendras (no pongo cantidad, esto va al gusto)
• 125 grs. de canela molida
• ½ cuharita de clavo molidos
• 2 cucharita de ajonjolí
• 2 cucharita de matalahuva molida (anises)
• 2 limones
• 2 vasos de vino blanco
• 1 litro de aceite de girasol frito y caliente (frito con un limón sin piel)
• 1 litro de aceite de oliva virgen extra para freír los pestiños
• ½ cucharadita de sal
Para el "enmelado":
• ½ Kg. de miel
• ½ vaso de agua
Preparación:
Antes que nada tostamos el ajonjolí en un perolito, sin aceite ni nada, moviéndolo repetidas veces con una cuchara. Lo sacamos y lo machacamos en un mortero junto con los clavos y la sal. Reservamos.
Freímos las almendras en el aceite de girasol, la sacamos y molemos y las reservamos. En el mismo aceite freímos el limón sin la piel durante 10 minutos para que se impregne y perfume bien el aceite. Una vez frito se tira el limón (no hace falta). Con el aceite todavía caliente lo apartamos del fuego y le añadimos la matalahuva y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente.
En un lebrillo de barro o en cuenco grande echamos la harina de modo que quede en forma de volcán y mezclamos con el ajonjolí tostado previamente, las almendras fritas y molidas, la ralladura de un limón, el vino blanco y el aceite ya frío con la matalahuva.
Hacemos una bola grande con la masa y la dejaremos reposar en un recipiente enharinado y cubierto con un paño para que fermente durante un par de horas aproximadamente, que es cuando estará lista para hacer las formas de los pestiños.
Si queremos darle un toque final, casi de repostería de lujo, a la par que los vamos sacando de la miel aguada y colocando en el recipiente donde los dejaremos, antes que se enfríe la miel, los rociaremos de grageas (bolitas muy pequeñitas de colores y que son comestibles).
Es de las recetas que nunca me he atrevido a hacer, tengo tan buen recuerdo de los que se hacen en mi tierra, que creo que no estaré a la altura, pero con esa explicación tan detallada y ese paso a paso, me voy a plantear a intentarlo.Gracias por compartir
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ResponderEliminarAún espero contestación a un correo que os mandé hace casi un año a propósito de la primera foto de este post, que es mía, y ustedes 'olvidaron' indicar la fuente.
ResponderEliminarAnna Moreno
http://lasbuenasmigas.blogspot.com.es