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miércoles, 3 de noviembre de 2010

CALDERETA DE LA TITA MARI

El origen de la caldereta en Villamanrique se remonta a tiempos muy remotos. Se sabe que se trata de una tradición centenaria que se celebraba a finales de los trabajos agrícolas y del pastoreo, unas veces ofrecida por los patronos y en otras como celebración propia organizada por los trabajadores al terminar una tarea bien realizada.


En casi todos los casos el guiso corría a cargo de los hombres porque las calderetas manriqueñas eran motivo de reunión y regocijo, tanto mientras se preparaban, como cuando se hacía en las grandes ollas, sobre una buena candela, y desde luego, mientras se comían, regadas con buen vino blanco de la comarca y buenas tajás de "pan prieto" para mojar en la salsa.

Con la pérdida de la costumbre de cocinar los jornaleros y pastores en el campo este plato quedó durante algunas décadas en desuso, pero desde hace unos años las amas de casa manriqueñas lo han recuperado para disfrute de quienes tenemos la suerte de poder comer de vez en cuando este manjar.

Pero si hay una caldereta que le guste a mi hijo pequeño esa es la de mí cuñada Maria Luisa. Os pongo los ingredientes y como la hace ella, aunque debe tener un secreto especial, un toque misterioso, porque nunca nos sale en casa como a ella:

Ingredientes:
• 1 kg  ½ de carne de cabeza de lomo de cerdo
• 2 cebollas
• 1 cabeza de ajo
• 2 tomates maduros
• 2 zanahorias
• tomillo
• nuez moscada
• 2 hojas de laurel
• vino blanco (un vaso)
• agua (un vaso)
• sal o una pastilla de avecrem de carne
• aceite de oliva virgen

Elaboración:
Refreir la cebolla, el ajo, el tomate y la zanahoria todo junto. Después apartar en el mortero, mientrás rehogamos la carne en el mismo aceite, que deberemos haber cortado antes en trozos pequeños.

Majamos el refrito y agregamos a la carne. Seguimos rehogando la carne y el refrito durante unos diez minutos y luego le añadimos el vino y el agua.

Luego le agregamos el tomillo y la nuez noscada, la sal o una pastilla de avecrem (o las dos cosas, según la cantidad y gusto).

Dejar hervir a candela suave con la olla tapada hasta que se ponga la carne tierna y pocha (unas 2 horas aproximadamente) y si necesita más agua o vino se le va echando lo que requiera.

La salsa debe quedar reducida a su mínima expresión, de modo que quede espesa, casi gelatinosa, y trabada sin necesidad de harina.

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