El poco pescado que se consumía era salado, en escabeche o en adobo. O peces con muchas espinas procedentes de río y de la inmensa planicie marismeña del El Coto de Doñana.
Así albures, barbos, anguilas, carpas (panarras), camarones... que fueron considerados comida de pobres durante muchos años, alimentaron muchas bocas en tiempos de eterna crisis, de necesidad, de hambre.
De río uno de los más tradicionales platos de esta zona son los famosos barbos en adobo, en el que se lleva la palma los que hacen en Coria y al que el desaparecido Francisco Palacios, El Pali, les dedicó unas sevillanas que en estos tiempos de Alianza de Civilizaciones, seguramente le habrían aplicado la censura previa:
Vaya un bautizo con arte
muchos barbos en adobo
mucho vino y alegría
y allí aprendieron los moros
el baile por bulerías...
Ingredientes:
• 4 barbos limpios y troceados
• ½ vaso de vinagre
• 5 dientes de ajo
• 2 cucharaditas de pimiento molido dulce (pimentón)
• 2 cucharaditas de orégano
• comino (la punta de una cucharita)
• sal
• aceite
Elaboración:
En un mortero se machacan los ajos, el pimiento molido, el orégano, el comino y la sal.
Se escaman y limpian los barbos. Los cortamos a rodajas.
En un recipiente hondo colocamos una tanda de pescado y se vierte por encima el majado. Se repite la misma hasta terminar con los barbos.
Añadimos el vinagre y maceramos durante 24 horas para que se impregne bien.
Secamos el pescado, lo pasamos por harina y lo freímos en aceite de oliva virgen extra caliente.
Rico de verdad, yo lo continuo haciendo, pero ahora con boquerones, caballa, atún y sardina pequeña. Un plato de pescado adobado, bien fritito, y una buena ensalada, o gazpacho. Se te van todas las penas.
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